Susy Gutiérrez Quiroz nos cuenta su triste historia Hoy inicio la semana sin mi fuente de trabajo.

Este lunes 14 de abril amanecí sin acceso a mi local Manolo #46, porque al Secretario General Alfredo Zúñiga Esperilla se le hizo fácil dejarme fuera. Se negó a entregarme la llave del nuevo local Manolo #21, el que me corresponde, despojándome así de mi negocio de manera arbitraria e injusta.

Con esa acción no solo se violenta mi derecho humano al trabajo. También se vulnera mi integridad como mujer, como madre, como comerciante. He sido víctima de violencia de género, violencia psicológica y de una pérdida económica irreparable.

El lunes anterior intenté hablar con el Sr. Zúñiga Esperilla para que firmara la notificación legal que mi abogada le envió. Se burló de mí, diciendo que él ya no era el Secretario, mientras el Secretario de Organización, Sr. Fermín Galicia Hernández, también se reía y decía lo mismo. Ambos se negaron a dar la cara y a responder como autoridades responsables.

No quise confrontarlos. Conozco el antecedente: del Sr. Fermín Galicia Hernández porque vi cuando golpeó a un locatario que también le exigía la llave de su negocio. Con temor de que me sucediera lo mismo, me retiré del lugar.

Hoy, desde este espacio público, hago responsable al Sr. Alfredo Zúñiga Esperilla de cualquier cosa que pueda ocurrirme a mí o a mis hijos.

Esto que me está pasando no es un caso aislado. Es reflejo de una estructura corrupta, violenta y misógina que se ejerce desde el poder en los mercados. Por eso, alzo la voz para que esta injusticia no quede en silencio.

A las autoridades municipales y estatales, a la opinión pública y a los medios de comunicación:

les pido que no volteen la mirada. Hoy soy yo, mañana puede ser otra mujer.

Pido que se investigue, que se actúe, y que se ponga orden donde hoy reina la impunidad.